Cada ser humano nace con un bagaje único de dones y destrezas, un arsenal de potencialidades que aguardan ser exploradas y cultivadas a lo largo de su existencia. Estas aptitudes, tan diversas como los colores del arcoíris, son intrínsecamente difíciles de medir, y aún en el caso de que fuera posible hacerlo, resulta ilusorio establecer una jerarquía entre ellas. La posesión de un talento particular puede otorgar a un individuo la capacidad de brillar entre sus semejantes, sin embargo, esto no justifica pensamientos como «me siento superior» ni implica en absoluto una superioridad moral sobre los demás.
¿Qué es sentirse superior a los demás?
Decir cosas como: «me siento superior al resto» puede deberse percepción exagerada de las propias habilidades, talentos o valor, acompañada de una actitud de desdén o condescendencia hacia las demás personas.
En resumen, es creerse mejor que los demás sin tener un fundamento real para ello.
¿Cómo se llama cuando me siento superior a los demás?
Las personas que se cree superior a los que lo rodean, se puede decir que está experimentando un «complejo de superioridad«. Este término psicológico describe la actitud o creencia de que uno es mejor, más importante o más capaz que los demás.
¿Cómo actúa una persona con complejo de superioridad?
Una persona con aires de superioridad que dice piensa cosas como: «me siento superior a todos» puede manifestar una serie de comportamientos y actitudes que reflejan su creencia en su supuesta superioridad, pero puede que no sepas si están manifestando estos comportamientos asique aquí tienes algunas conductas para cómo saber sí tengo complejo de superioridad:
- Arrogancia: Pueden mostrar actitudes arrogantes y condescendientes hacia los demás, menospreciando las opiniones y habilidades de los demás.
- Necesidad de dominación: Tienden a querer controlar las situaciones y a las personas a su alrededor, sintiendo que son los únicos capacitados para liderar o tomar decisiones.
- Falta de empatía: Pueden carecer de empatía hacia los sentimientos y necesidades de los demás, ya que consideran que sus propias preocupaciones son más importantes.
- Competitividad extrema: Suelen buscar constantemente destacarse y sobresalir sobre los demás, incluso en situaciones que no requieren competencia directa.
- Intolerancia a la crítica: Tienen dificultad para aceptar críticas o retroalimentación negativa, ya que perciben cualquier comentario que cuestione su superioridad como una amenaza a su ego. Si tienes este problema te recomendamos nuestro artículo donde te enseñamos a aceptar las críticas llamado «no sé aceptar críticas«.
- Necesidad de validación: Aunque aparenten seguridad en sí mismos, en realidad necesitan constantemente la validación y admiración de los demás para reforzar su imagen de superioridad.
¿Cuándo surge el complejo de superioridad?
El complejo de superioridad puede surgir por diversas razones y en diferentes etapas de la vida de una persona. A menudo, se desarrolla como resultado de experiencias pasadas, influencias sociales, y dinámicas familiares durante la infancia y la adolescencia. Por ejemplo, la sobrevaloración por parte de los padres o el ser constantemente comparado con los demás pueden contribuir a la formación de este complejo. Además, factores como el éxito académico, profesional o social pueden alimentarlo. En esencia, el complejo de superioridad se forma cuando una persona internaliza la creencia de que es superior a los demás en ciertos aspectos, ya sea por percepción propia o por reforzamiento externo.
¿Qué hay detrás del complejo de superioridad?
Las personas que siempre quieren quedar por encima o que se cree superior a los demás, a menudo esconden bajo la capa de la arrogancia un sentimiento diametralmente opuesto.
Estos individuos, marcados por la soberbia y la arrogancia, se ven incapaces de afrontar las críticas y rehúsan asumir sus propios errores, pues su autoestima se encuentra construida sobre bases frágiles. Carecen, en general, de la capacidad de empatizar con las necesidades de quienes los rodean. Su mentalidad, teñida de infantilismo, los impulsa a posicionarse en el centro del universo y a reclamar atención constante, en un intento desesperado por ocultar un profundo temor: el miedo a no ser valorados por los demás.
¿Cómo dejar de creerse mejor que los demás?
Es comprensible que te preguntes cosas como: ¿Cómo dejar de sentirse superior a los demás?. Tener una actitud de superioridad puede crear una barrera entre tú y los demás, dificultando la conexión y la construcción de relaciones significativas. Aquí te dejo algunas ideas que podrían ayudarte a mejorar la situación:
Reflexiona sobre tus sentimientos:
- ¿Qué te hace sentir superior? ¿Son tus logros, tus conocimientos o tus habilidades?
- ¿Es tu sentimiento de superioridad basado en la comparación con los demás?
- ¿Consideras que tus logros te hacen más valioso como persona?
Cuestiona tus creencias:
- ¿Es realmente cierto que eres superior a los demás?
- ¿En qué te basas para afirmar esto?
- ¿Consideras que todos tienen algo único y valioso que aportar?
Practica la humildad:
- Reconoce que todos tenemos fortalezas y debilidades.
- Acepta que no eres perfecto y que puedes aprender de los demás.
- Agradece las oportunidades que has tenido en la vida y reconoce que no lo has logrado todo por ti mismo.
Concéntrate en los demás:
- Muestra interés genuino en las personas que te rodean.
- Escucha atentamente lo que tienen que decir.
- Valora sus opiniones y experiencias, incluso si son diferentes a las tuyas.
Construye relaciones significativas:
- Dedica tiempo a las personas que te importan.
- Esfuérzate por ser un buen amigo, familiar o compañero.
- Sé compasivo y comprensivo con los demás.
Recuerda que todos somos seres humanos valiosos y dignos de respeto. Pensar cosas como «soy superior a los demás» o «me siento superior al resto» solo te aislará y te impedirá disfrutar de relaciones autenticas y significativas.