¿Sabías que merendar puede ser clave para mantener tu energía y bienestar? Si eres de las que ha dejado de tomar la merienda por temor a los kilos de más, podrías estar cometiendo un error. Muchas personas desconocen la importancia de esta comida intermedia. Su objetivo principal es llegar con menos apetito a la cena, proporcionando un aporte de nutrientes y una recarga de energía que mantienen estables tus niveles de glucemia. Esto es fundamental para seguir con tu ritmo de vida sin sentir el típico bajón de media tarde.
La merienda, por tanto, debe incluir alimentos variados y ricos en nutrientes. Es una excelente oportunidad para completar las raciones diarias recomendadas de frutas, cereales y lácteos. Para que sea efectiva, la merienda debe estar lo suficientemente alejada del almuerzo para no interferir con la digestión, pero sin ser demasiado tarde, evitando que se acerque demasiado a la cena.
Otro consejo crucial, además del horario, es cuidar la cantidad de alimentos. Si vas a hacer deporte, puedes permitirte una merienda un poco más abundante, pero si tu estilo de vida es más sedentario, la cantidad debe ser menor.
Ideas para Meriendas Saludables y Nutritivas
Si te sientes un poco perdida o no tienes el hábito de merendar, te hemos preparado algunas propuestas para elaborar meriendas ricas, saludables y que te aportarán la energía necesaria. Con estas opciones, podrás variar tu elección para no aburrirte y asegurar que tu organismo reciba los nutrientes que necesita a esa hora del día:
Para un extra de energía
Si sientes que tus niveles de energía están bajos, puedes optar por cuajada y dátiles. La cuajada te aporta proteínas esenciales, calcio y buenas cantidades de vitaminas A, D y del grupo B. Los dátiles, por su parte, son una fuente natural de energía.
Si necesitas más calcio
Si no eres muy fan de la leche, puedes merendar un flan casero. Así te aseguras un aporte extra de calcio. Puedes prepararlo tú misma y guardarlo en la nevera para tenerlo a mano durante la semana.
Fruta fresca para un aporte completo
Si sueles comer tarde y mal, elige frutas de temporada, ya que son las que tienen más nutrientes. Pélalas, córtalas en trozos pequeños y colócalas en un bol. Puedes rociarlas con un poco de zumo de limón o de naranja para evitar que se oxiden y añadir un toque de sabor.
Un capricho ocasional
Si estás teniendo un día difícil, una buena opción ocasional es un panecillo pequeño, preferiblemente integral, con chocolate que tenga un alto porcentaje de cacao. Es un auténtico placer para los sentidos, pero recuerda, debe ser solo de forma ocasional.