A veces sentimos una necesidad imperiosa de ordenar lo que nos rodea. En todos los aspectos de la vida, las personas necesitamos encontrar un orden lógico en todo lo que nos ocurre y lo que nos rodea. Mantener nuestro espacio despejado y limpio es un buen hábito que repercute positivamente sobre la salud emocional, ya que el espacio donde nos movemos acaba siendo una extensión de nuestra personalidad.
¿Influye nuestro espacio en el ámbito laboral? Por supuesto, es fundamental que la zona donde trabajamos esté despejada para ganar calma y serenidad, y está demostrado que aumenta la eficacia y la eficiencia. Piensa en una mesa de trabajo con montañas de papeles: transmite falta de tiempo, presión y poca organización. Espacios ordenados y algún detalle personal con un toque de color en tu lugar de trabajo te ayudarán a sentirte bien y a concentrarte.
El orden, por tanto, tiene efectos positivos también en casa. Mantener nuestra casa limpia y ordenada facilita la calma, el descanso y la reflexión. El espacio se convierte así en un lugar donde apetece estar, y esto hace que también queramos compartirlo con los demás. Hay hogares que se convierten en punto de encuentro para amigos y familia porque todos se sienten muy bien allí. Una casa agradable fomenta, además, la comunicación y las relaciones interpersonales.
Cuando el Orden nos Obsesiona
¿Por qué a veces el orden nos obsesiona? En muchas ocasiones, esto ocurre porque en realidad necesitamos ordenar nuestros pensamientos. Y es que, aunque parezca sorprendente, no es suficiente con mantener nuestro espacio exterior limpio, sino que periódicamente necesitamos hacer lo mismo en nuestro interior.
De todas formas, las personas que suelen estar obsesionadas por la limpieza hasta límites extraordinarios, suelen tener también problemas de personalidad. Son de carácter fuerte, poco flexibles y demasiado exigentes, no solo con los demás, sino también consigo mismas. Tienen ciertas dificultades en las relaciones sociales y en realidad nunca están satisfechas ni con su entorno exterior ni con su mundo interior.
¿Podría esto llegar a ser un problema psicológico? Existen casos extremos de personas que constantemente limpian por donde pasan. No soportan que nadie cambie nada de lugar, llegando a grandes enfados si el orden se altera. Esto afecta a la relación de pareja y con la familia. En estos casos, se requiere un tratamiento de psicoterapia para superar lo que en realidad es un exceso de ansiedad.
El Desorden por Naturaleza
Está claro que una casa ordenada o una mesa de trabajo muestran a una persona de mente clara. Y lo mismo ocurre a la inversa. Habría que analizar las razones que llevan al desorden: la mala organización, poca atención por lo que le rodea, mala gestión de su tiempo, etc. Suelen ser personas con poco carácter, inseguras y desorganizadas en general.
Desprenderse es algo básico en la vida, tanto de cosas materiales como emocionales. Practica este ejercicio para mantener tu vida ordenada en todos los sentidos:
Deshazte de lo que no usas
Puede que lleves mucho tiempo guardando cosas que ya no sirven y solo contribuyen a que tu espacio esté desordenado. Analiza cuántas veces las has usado en el último año. ¿Ninguna? Pues está claro lo que debes hacer con ellas.
Haz una lista de sobrantes
Esto aplica tanto a lo material como a lo emocional. Hay objetos en casa que te apetece cambiar porque ya llevan demasiado tiempo allí. Lo mismo ocurre con los pensamientos. Analiza las situaciones o preocupaciones que tienes, ordénalas por prioridad y piensa en ellas de forma ordenada. Intenta resolver una a una y luego irás a por el resto.
Dedica unos minutos cada día al orden
Tener la casa ordenada y al día te permite no tener nunca que hacer una limpieza a fondo. Con algunos retoques basta. En realidad, lo mismo estás haciendo cuando ordenas tus emociones y tu mente.